¿Cómo puedo enseñar a mi hijo sobre una hidratación saludable?

La hidratación adecuada es una alta prioridad, especialmente para los niños que realizan una actividad física intensa en los días calurosos y húmedos, cuando el riesgo de enfermedades relacionadas con el calor es más grave. Educar a los niños sobre la importancia de la hidratación antes, durante y después del ejercicio ayuda a garantizar una diversión segura.

Prehidratar

Cuán hidratado está tu hijo antes de salir al aire libre es tan importante como cuán bien hidratado está durante el ejercicio. Los niños que comienzan una actividad levemente deshidratados tienen un mayor riesgo de contraer enfermedades relacionadas con el calor. Anima a tu hijo a beber de 6 a 8 onzas de agua antes de salir por la puerta.

Traer Agua

Siempre que los niños salgan a jugar, deben traer agua. Por lo general, por cada 20 minutos de actividad física, los niños de 9 a 12 años necesitan alrededor de 3 a 8 onzas de agua y los niños mayores necesitan de 11 a 16 onzas. Aunque el agua suele ser suficiente para mantener una hidratación adecuada, el consumo de una bebida deportiva que contenga sodio puede estar justificado para el ejercicio que dure más de una hora. De lo contrario, las bebidas deportivas generalmente no aportan más que un exceso de calorías.

Haz que tu hijo descanse si se siente mal.

Los niños que superan una enfermedad, especialmente una que involucre vómitos y / o diarrea o fiebre (síntomas que contribuyen a la deshidratación), deben volver a la actividad lentamente y prestar especial atención a la hidratación.

Reconoce los signos de enfermedades relacionadas con el calor.

Si tu hijo desarrolla alguno de los siguientes signos de enfermedad por calor durante la actividad, debe saber que debe pedir que lo saquen del juego y buscar la atención de un adulto: enrojecimiento rojo brillante de las mejillas y la cara, mareos, dolor de cabeza, vómitos, sensación de mucho frío o mucho calor, calambres por calor, un empeoramiento agudo del rendimiento o cualquier otro cambio alarmante en el estado físico o mental.

Rehidratar.

Beber líquidos adecuados después del ejercicio ayuda a reponer los líquidos perdidos por el sudor y a corregir cualquier déficit de líquidos restante. Un indicador aproximado de un buen estado de hidratación es cuando el color de la orina es de un amarillo pálido a transparente. La cantidad de líquido que necesita tu hijo depende de muchos factores, incluida la edad, la duración y la intensidad del ejercicio, la cantidad de sudor perdido y los niveles de calor y humedad. Utiliza la sensación de sed de tu hijo para guiar la ingestión, o pésalo antes y después del ejercicio para determinar la cantidad de líquido que debe reponerse. (1/2 libra de pérdida de peso = 8 onzas de déficit de líquidos).